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lunes, 16 de septiembre de 2019

Tomar decisiones bajo un clima de incertidumbre



Por Virgilio López Azuán

Estos días he pensado en un filósofo de este tiempo, en Daniel Kahneman, no es que sea de mis preferidos, ante mi pasión por Jürgen Habermas, Eugenio Trías y Edgar Morín, por nombrar solo tres. Lo que pasa es que, al reflexionar sobre el juicio humano y las tomas de decisiones bajo cierto rango de incertidumbre, más las teorías asociadas al caos y al límite me pongo al borde de una corriente de razones cargadas de complejidad.

Aunque la teoría de Kahneman se basa en las tomas de decisiones ante incertidumbres de tipo económico y que el filósofo supo “articular la investigación psicológica a las ciencias económicas”, no así a las incertidumbres propias del contexto social y político, me detuve a pensar en sus planteamientos ante el momento político nacional.

Haciendo una analogía con la teoría Keynesiana de dotar a las instituciones de las fortalezas necesarias para controlar las economías en situación de crisis, o ante las oscilaciones en fases de expansión y contracción de la economía, igualmente, tomar decisiones asertivas le plantea desafíos a los actores que rigen los procesos, cuando se trata de política.

Ante una toma de decisión con rango de incertidumbre, las consecuencias que se derivan no pueden ser controladas porque pudieran estar sujetas a la aleatoriedad o a la falta de información.

Quizá en el contexto social y político el elemento del azar sea más reducido porque de estas ciencias y disciplinas derivadas las variables pueden mostrar indicadores cualitativos y cuantitativos que contribuyan al éxito ante tal o cual decisión. Sin embargo, la falta de información oportuna puede hacer variar y hasta revertir los resultados.

Si se toma una decisión política en momentos de incertidumbre, donde las variables que sustentan el proyecto son impactadas por el azar, la falta de información o la desinformación, se hace más difícil el acierto.

Sin embargo, como las ciencias sociales y políticas no están sujetas a la rigidez de las matemáticas en sí, que un evento previo e inesperado puede ser catastrófico para cualquier proyecto político, las tomas de decisiones tienen que ser bien sopesadas. Dados estos argumentos se han creado teorías de las tomas de decisiones en momentos de incertidumbres, planteamientos de tipo cuantitativo que sirven de ayuda profesionalmente.

En estos días que en la República Dominicana, se vive un debate electoral por nominaciones municipales, congresionales y presidenciales; donde se producen renuncias, adhesiones, negociaciones, consensos, entre otras acciones de la jungla política, una decisión, a veces por más absurda o desacertada que parezca, dentro de ese rango de incertidumbre puede, que a corto o largo plazo se convierta en una fortaleza, en una acción “sobre natural”, que luego permita la expresión: “Ese un político que mira más allá de la curva”. Como venimos argumentando, esto no es taxativo y se escapa del control de los actores de los procesos. Pero les digo a todos, dentro de la incertidumbre, sucede a veces.





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