Por
Virgilio López Azuán
La
vocación y el ser
¿Cómo podemos construir una
vocación en el ser azuano? ¿Cómo construir una inspiración por lo azuano? Son preguntas que dentro de una sociedad
global tendrían muchas respuestas. Antes de abocarnos a cualquiera de ellas
debe evitarse que esa construcción no alcance lo dogmático o la excesiva
defensoría de lo local porque tendría un carácter reduccionista y limitativo.
Más
allá de un pensamiento achicado por el localismo existen modelos de planteamientos
a escala global que dimensionan precisamente lo local. Entonces, ¿hasta dónde
es la amplitud de ese pensamiento entre los azuanos? Pero más, ¿Existe
realmente un pensamiento azuano? Quizá solo el apego, la fruición, la añoranza,
los vítores de “mi Azua”, no alcancen la dimensión del ser azuano. Quizá un
eslogan, una arenga, una marca, no catapulten ese ser.
La
construcción de ese apego, de esa vocación e inspiración por lo azuano no se
logra por imposición. Se va autogenerando, con las vivencias del pueblo, con la
acumulación de prácticas humanas, ejercicios de socialización, con el impulso
de visiones afectivas hacia el patrimonio tangible e intangible y con la vida
misma. Todo esto crea maneras de pensar, producto de esas experiencias y del
uso del racionalismo.
Sin
dar un paseo por los eventos fundamentales de la historia y la cultura de Azua
es difícil aquilatar algunas vetas del pensamiento de un pueblo con quinientos
catorce años de fundado, una de las primeras villas de América. Por eso,
empecemos.
El
vocablo Azua
El vocablo Azua es de origen
taíno y los cronistas de Indias escribían “Azua”, “Azúa”, “Açua” o “Açúa” guiados por la fonética de la palabra. Si se
realiza un estudio lógico-histórico, encontramos que el vocablo referido es
originario de lengua taína. El vocablo Compostela es traído por los españoles.
Lo
del acento en ú “Açúa”, “Azúa”, puede
ser un asunto de carácter fonético o lingüístico. Me inclino por pensar que los
aborígenes de Quisqueya pronunciaban “Azúa”, siendo la sílaba de medio breve,
poniendo la fuerza tonal en la “u”, dándole un sonido grave a la palabra porque
la mayoría de los vocablos taínos son de sonido grave.
Pero,
volvamos al análisis histórico. Al fundar Diego de Velázquez, en el gobierno de
don Nicolás de Ovando en 1504, la villa de Compostela de Azua, le dio el mismo
nombre aborigen del poblado (Azua). Ya a
la heredad se le había dado el nombre de Compostela, esta palabra es de origen
española. En la Isla Hispaniola había tres importantes lenguas y eran habladas:
el taíno clásico, el ciguayo y el macori. Algunos historiadores apuntan que un
tal Pedro Gallego le dio el nombre, quien se estableciera en la villa y era
oriundo de Santiago de Compostela, el cual viniera en uno de los viajes del
Almirante Cristóbal Colón. Sobre la fundación de Compostela de Azua nos
referiremos de forma más detallada en otros escritos ya que existen algunos
criterios que son sujetos a análisis históricos, principalmente del gallego
establecido en la villa.
Sobre
las letras del vocablo Azua
Analizaremos
letra por letra el vocablo Azua. Por ejemplo, la letra “a” proviene de la letra
griega Alfa
(α), que su nombre proviene de “aleph” que es la primera letra del alfabeto
fenicio. Álef es también la primera letra del alfabeto persa, así como álef (o
alif) es la primera letra del alfabeto arábigo. También la “a” es la primera
letra del latino y el español.
En
el sistema de numeración griega tiene valores de 1 (αʹ) y
de 1000 (͵α). O sea, es el concepto de lo primero, del punto de partida, del
inicio de todo. Aquí surgen unas preguntas, ¿La vocación o actitud de primacía,
de heroísmo, de orgullo, de ser grande, de ser primero en todo es propia del
azuano desde su propia experiencia histórica y cultural? Esta pregunta puede
reducirse a una simple percepción; sin embargo, en la historia y la cultura el
ideal de primacía está asociado al azuano.
Ahora
bien, ¿cuándo apareció el grafema “z” en el vocablo “Azua”? Obviamente en la
lengua taína no existía la “z” escrita, esta fue introducida a partir del
llamado “Descubrimiento de América” por parte de los europeos. Pero si hacemos
un periplo por el mundo antiguo, las raíces del grafema “z” se encuentran en el
arameo, en el fenicio, en el griego, en el alfabeto latino y el alfabeto
español. Los cronistas de indias escribían “Azua” y “Azúa”, vea por ejemplo los
escritos de Fray Bartolomé de las Casas.
Deseo resaltar que en las raíces del arameo el significado de “z” es
“arma”. ¡Qué casualidad! Azua en la historia dominicana ha sido una plaza de
batallas y heroísmos, de armas y defensa de la Independencia. Ha sido la puerta
del valor, que en su suelo se libraron más de la mitad de las batallas pos
Independencia, para consolidar la libertad proclamada en el 27 de febrero del
1844. Podemos citar la batalla de Azua del 19 de marzo del 1844, la batalla de
puerto Tortuguero el 15 de abril del 1844, la batalla del Número, la batalla
del Memiso, la batalla de las Carreras, entre otras.
Pero
algo curioso es que en el vocablo Azua la primera letra es la “a” y la segunda
es la “z”: principio y fin del alfabeto latino y español. Se pasa de la primera
letra a la última de una forma inmediata. O sea, que en Azua cabe todo, de
manera inmediata. El azuano es decidido y resuelve rápido. Su carácter
aguerrido, valiente, heroico, se transmuta también en carácter de solidaridad,
acogida y poesía, porque el azuano sueña y en Azua hay poesía.
En
Azua cabe todo. Lo sublime y lo prosaico, lo hermoso y lo horrendo, la calma y
la tempestad, la lealtad y la traición, el odio y el amor, la mentira y la
verdad, la frontera y la vastedad. Cabe el “Noble, el villano, el prohombre y
el gusano”, Azua es ese camino que empieza en la “a” y termina en la “z”.
Después
de la letra “z” en la palabra Azua viene la “u” que es una letra de origen
latino la cual ha venido evolucionando a lo largo del tiempo. Previo a su
escritura el grafema era “v”. Si apreciamos es más fácil escribir “u” que “v”,
se hace de un envión. Suele ser también muy estético y flexible por la curva.
¿Serán estos, rasgos de los azuanos? ¿Se podrá establecer alguna analogía entre
lo poético- estético que exhiben los azuanos por medio de sus obras literarias?
Recuerden las frases acuñadas en el pueblo: “Azua, ciudad poesía”. “En Azua
debajo de cada piedra hay un poeta”, “Azua, Atenas del Sur”, “Azua, tierra de
héroes y poetas”. O sea, ciertamente en Azua elemento estético forma parte de
su identidad.
La
palabra Azua cierra con la “a”, con la misma letra con la que inició. Eso puede
sugerir que el ser azuano vuelve a sus orígenes, donde inicia, o hace que las
cosas se repitan, o simplemente existe un pensamiento en círculo, que de una u
otra forma estanque el avance. Quizá esa última frase sea muy desalentadora y
soporte muchos juicios críticos en pro y en contra. Sin embargo, me arriesgo en
aseverar que en muchos momentos de las etapas históricas de la vida
compostelana se ha observado un estancamiento, una escasa visión,
principalmente de la clase política y productiva, cuando se trata de aprovechar
el potencial de este heroico pueblo.
Estas
son ideas para dar inicio a una serie de análisis sobre Azua y lo azuano y la
interpretación de su pensamiento y los actos de los habitantes de este
legendario pueblo. Todo conduciría a inferir que es lo azuano y porque los
azuanos son como son. En fin, una aproximación a su rasgos de identidad, a la
construcción de la azuanía con una visión global, planetaria.
Caben
muchos temas en esta reflexión e invito a los lectores interesados a pensar en
esos porque de hacerlo, Azua gana.
Marzo del
2019
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