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jueves, 19 de septiembre de 2019

El límite en la humana presencia.

Por Virgilio López Azuán, C. Ph.D

Los aportes a la filosofía del límite de Eugenio Trías, nos convida a crear otros conceptos de ética, estética, libertad y de frontera. Para este pensador español un límite en sentido afirmativo, no es un concepto restrictivo, de censura y prohibición. El límite como limes es un espacio habitable que puede ser ocupado, no es solo una línea evanescente. Contrario a la idea de que el límite es el fin, este llamado fin, para el pensador español, que lo define en términos positivos, desde el espacio ético, es habitable y está ahí, existe.  No conforme con todo esto Trías dice que el límite es una metáfora de nuestra propia condición humana, en la que destaca la precariedad y la inestabilidad, pero también la posibilidad de un equilibrio, por eso le doy también una significación ética e incluso una significación en la posible filosofía política. El límite presenta interesantes aristas para descubrir todo lo que él envuelve.  Tajantemente diremos que el límite es esencialmente moral, que está sentado sobre una plataforma de principios y valores innegociables. Es tajante y decidido. Es la frontera. Es un espacio-tiempo que puede ser transfigurado dependiendo del sujeto actuante u observador. El límite rompe al mismo tiempo desde la realidad y la separa de la ilusión para crear otras realidades.
Pero retomemos el aspecto moral, del límite nace la moral; la teoría del cambio y todos los conceptos del institucionalismo pierden forma para generar nuevas éticas de vínculos. El límite contrapone al infinito y lo niega, se resiste a ser finito. Sin embargo es una parada donde se ponen en juego los espacios de poder, visto desde una dimensión sociopolítica.
El límite parte en dos la realidad y parte en dos lo imaginario. Entonces, se crean otras realidades y otros imaginarios. También, como fenómeno inherente se multiplican los límites. Todos los valores que desprende forman la base para el establecimiento de nuevas éticas.
En los “espacios habitables” del límite o en los espacios “frontera” de Trías todo asume nuevos valores, tanto lo “bello” como lo “siniestro”, y se hace necesario una reingeniería de la razón, un reinvento de la razón como decía Trías, para explicar en individuo humano y su mundo en contexto.
Si analizamos el límite en términos negativos, la condición de individuo “frontera” se definirá mediante la incapacidad de reaccionar a los cambios, a la creatividad y al derecho de los otros. Comienza a verificarse la segregación en su fuero individual, perdiendo las actitudes propias para el establecimiento del vínculo. 
Si hay algo que debe destacarse en la teoría del límite, es la filosofía del vínculo, sobre qué plataforma ideológica se sustenta y como se manifiestan los términos que los relacionan.
El individuo humano, va discurriendo en el límite, de manera real o imaginaria. Entre sus aguas se mueve. La condición humana lo mueve entre dos mundos, creándose al “hombre fronterizo” (Trías, 2006). Por eso todo hay que repensarlo y recrearlo, para formar otro concepto u otra estética, capaz de establecer nuevos vínculos entro lo “animal y lo sublime”, entre “lo bello y lo siniestro” entre el pasado, presente y futuro.


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