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martes, 27 de diciembre de 2016

Un extraño sueño

Hoy he amanecido con la memoria de un extraño sueño, que me atrapó en horas de la madrugada: Soñé que me convertí en Tigre de la política y que salí a la calle, a los barrios, a las cañadas y a los llanos. Me paré en el parque cetral y dije un discurso como nunca lo había dicho. En el pódium me convertí en un León, como si yo fuera un escogido. Defendía a mi pueblo, a su gente, a los más humildes, y llamaba a todo el mundo para que formemos una gran ola humana para mejorar ...la vida de los excluidos. De pronto, un mugido de vacas trajo consigo a los Toros, y todos nos hicimos fuertes, hasta convertirnos en Gigantes. No lo niego, en ese sueño por poco nos perdemos, nos pusimos gordos, muy gordos de tanto acumular los sueños de los otros. Pero, justo a tiempo, cuando el pueblo clamaba sus hambres, la rabia de los tiempos; de Gigantes, los líderes se convirtieron en Águilas, que surcaban los cielos y desaparecieron para siempre, entre nubes y vientos. El Tigre de la política desapareció como un gatito manso, el León indomable ya no fue fiera nunca jamás. En el pueblo jamás se habló de Toros y Gigantes, todo había desaparecido. Solo quedaba aquel río, en este sueño extraño, que en sus aguas arrastraba a miles de Estrellas, para despertar a los niños.

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