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martes, 1 de noviembre de 2016

Carta de Virgilio López Azuán al poeta que él lleva adentro.

Querido poeta:


Hace tiempo que pienso darte unas vacaciones y hasta hoy no había tomado tan en serio esta decisión. Te confieso que he llegado a pensar en amordazarte, ponerte grilletes y exiliarte lo más lejos posible. Pero te agradezco mucho, solo contemplo unas vacaciones. Por ti he recibido muchos premios, muchos reconocimientos y las alabanzas de sinceros, buenos, malos, vecinos, blasfemos, moros, cristianos, catecúmenos, ateos, políticos, capitalistas, explotadores,  simuladores, marxistas, machitas y geletebetianos. No me quejo apreciado poeta. Más de ahí no cabe nada.  Si esto sigue así me voy a vomitar en las alturas
El mundo se ha vuelto mercantil, los poetas como tú desencajan; si  te expresas, atentas contra los intereses de los que acaban con todo; y si te quedas callado, es peor, porque se te explota el hígado o el páncreas hace gárgaras con azúcar.
De diez millonarios que conozco, nueve no han ido a la escuela: cuatro son políticos y cinco son comerciantes, empresarios, y se la buscan como el “marío de la vaca”. Tenemos la suerte que esos mismos nos empujan a que estudiemos, a que avancemos para ellos quedarse con la mayor parte. Son más inteligentes que tú, y no digas ni una palabra porque pierdes. Tranquilo, déjame terminar.
Mi querido poeta, no te atrevas a escribir otro verso. En mi entorno el 54% de las personas no les gustas leer… Ja ja ja, solo el 3% lee poesía, el 13% le gusta leer cuentos y  no lee ninguno en 10 años.  El 11% le gusta leer novelas y el 2% dice haber leído una o dos en su vida.  Pero, poeta, tú sabes que de 44 personas que le preguntaste qué significa la palabra crepúsculo, solo una te respondió y lo comparó con un órgano femenino. ¡Ah, no te asustes, porque eso lo sabes mejor que yo!
Si, querido poeta, estoy pensando seriamente mandate de vacaciones. Tú me hiciste escribir 25 libros y ahora no los puedo publicar, ni el gobierno, ni los empresarios, ni las editoras… Todo lo que se necesita es ¡cuarto cuarto cuarto! ¿Y quién los leerá? Recuerdo a un amigo que decía que una persona compraba el libro para decir: “Ese libro lo escribió un amigo mío y me lo dedicó”, pero nunca lo leerá. Otro lo comprará para ponerlo en la mesita de la casa y los visitantes lo vean, seguro dirán: “ese tipo lee”. Otro lo comprará para regalarlo a otro amigo que tampoco lee… Y la mayoría querrán que se lo regale para tampoco leerlo… Eso es injusto.
 A lo mejor  dirán que tú eres un poeta malo, que no debí hacerte caso. ¿Cómo se atreven a decir eso si ni siquiera te leen y no conocen tu obra? ¿Y qué dirán de los buenos poetas? A esos tampoco les va bien… ¡Mencióname uno y te suspendo las vacaciones!
Mi querido poeta,  te daré tus vacaciones y si quieres puedes fijar residencia en otra parte. Me voy dedicar a la política y a los negocios. Cuando yo esté podrido de cuartos podría mandarte a buscar (y no es seguro), publicaremos todas esas vainas que a ti se ocurren. ¿Te parece bien, poeta?
Bueno, te dejo libre ahora… No quiero encontrarme contigo cuando vuelva. Adiós… Me voy, me voy por el camino… “Caminante no hay camino, se hace camino al andar / al andar se hace el camino y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…”
Te he dicho que te tomes unas vacaciones… ¿Es que no me oyes?

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