De propósito con el comentario de Cristian
Capano al artículo “ Me echaron del parque de Azua”, el cual dice Cristian: “En confianza puedo dejar a mi hija en el parque para que
ella elija su area para recrearse y estoy seguro que no tomara cerveza ni
fumara hooca como describe el Prof en su escrito .. Y saben por que ? Porque le
eh dado formación ... Y eso no se lo podemos dejar a las autoridades ... Los
padres donde están !!!. (Texto copiado íntegramente según lo publicó el
autor, sin alteraciones nuestras”
CARTA A MI AMIGO Y HERMANO CRISTIAN
CAPANO:
Mi estimado amigo Cristian, primero es
darte las gracias por tu comentario. Sin embargo, el individuo humano es
esencialmente social, hay influencias negativas que destruyen los castillos que
con tanto anhelo forjamos en nuestros hijos e hijas. Si bien la educación es
una plataforma poderosa para la vida, también el libre albedrío de la
naturaleza humana nos juega muchas patrañas. Por eso no debemos descuidarnos.
Uno instruye, educa, mima a los hijos e hijas, pero dentro de ese orden existe
un mundo “caotizado” que a veces nos entrampa y nos juega malas pasadas. No
podemos reducir el mal solo a las autoridades y los padres; si bien estas dos
instancias son determinantes y de innegable exclusión ante el drama, también
existen otros factores perniciosos que se escapan a nuestro control. Quizá
cobre un poco de vida la frase “La culpa es del tiempo y no de España”, si lo
miramos a través de una sociedad entre cambios incesantes, producto de un
desarrollo desigual, brutal, manipular, excluyente, individualista y “salvaje”
como decía el papa Juan Pablo II.
Las problemáticas sociales son reflejos
de las individuales, y las problemáticas individuales son reflejos de las
sociales, es como un ciclo recursivo, rebosante de complejidades. Por eso no
debemos confiarnos como he manifestado.
Diríamos de forma ligera que los “los
valores están en crisis”, y chocaremos con una gran problemática, que nos
recostamos de eso para justificarnos, para hacernos simplemente
existencialistas. Nunca he creído que los valores entran en crisis, lo que
entra en crisis es la gente, el individuo, las sociedades.
Pero ¿Cuál es la génesis de la crisis
individual y de los colectivos humanos? No es solamente una, son muchas las
génesis, muchos los orígenes, más allá de una medida de coerción o una esmerada
educación. Si observamos desde la mente racional solo veremos desde esa
perspectiva. Sería interesante mirar también de manera conjunta desde la
perspectiva espiritual y con ambas tendremos mejores resultados.
Aunque queramos los hijos e hijas no
pueden ser, no serán y no deben ser como los idealizamos. ¡Claro que ayudamos!
Pero sin determinaciones, sin imposiciones y dando espacio a que ellos forjen
sus propias creatividades y conformen su estilo de vida bajo principios
fundamentarme de carácter humano. Que sean capaces de superar esos principios
en sus esencias y en sus obras, siempre en la búsqueda de la libertad, la
felicidad y preservación de la vida en el planeta y el universo en sentido más
soñador.
La vida tiene sus propios mecanismos,
sus propios matices y ansiedades. El mundo se forja desde las perspectivas,
desde los posicionamientos, desde los prismas con que es visto y vivido. Y
dentro de esa forma caótica, el orden debe ser quien establezca el equilibrio.
La educación ayuda con ese equilibro del cual hablo, por eso he motivado estas
palabras.
Te confieso amigo Cristian que todas
estas ideas no son propias, son productos de conceptos filosóficos antiguos y
modernos, desde el griego Sócrates hasta el hindú Rabindranath Tagore; desde
Sigmund Freud hasta el Edgar Morin. Estas ideas son productos de la vida, desde
el limpiabotas del parque hasta el gerente de una empresa, desde la que hace
chacá hasta los genios que inventaron la máquina de aceleración de partículas
sub atómicas; desde el que hace una o con un jarro hasta Stephen Hacking,
pasando por Albert Einstein y la genialidad de Apolinar Noble.
La oposición culpa el gobierno, el
gobierno al presupuesto; los hijos a los padres, los padres a las madres; el
flaco culpa al gordo, el gordo al flaco; el intelectual al “bruto”, el “bruto”
a su destino; “el prohombre al villano, el villano al gusano”. Todos somos
fiscales y pocos son los jueces, y los jueces son corruptos… ¿A dónde vamos a
parar?
Por eso, mi amigo Cristian, hay que
estar vigilantes con nuestros hijos e hijas, hay que actuar, porque en la
acción está la conciencia. Hay trabajar duro, hay que romper paradigmas y crear
paradigmas, hay que crear nuevas éticas si fuere necesario, ideas rectoras que
impulsen los motivos para hacer de este mundo un espacio mejor vivible.
Gracias por tu aporte desde la excelente
educación a tus hijos… Es un buen comienzo.
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