La isla se acuesta en el mar con la cintura adolorida,
le duele la corva, las manos y los pies hechos de tierra.
La isla se acuesta temprano con su cabeza de lomas
y su pelo largo, de
largas cordilleras.
II
Ella está entre nosotros parida de gentes,
con galletas de lodo y bocas de inclemencia
Mi isla está conmigo, pero le piso el costado,
le muerdo los lagos y sus manantiales
le muerdo la vida y sus arrecifes
III
Mi isla está conmigo parida de gente.
Si la vieran con cicatrices en Pedernales,
partida en dos mitades de pan,
pan de muchedumbre… Y hambre.
IV
Si la vieran con los ojos de gorriones
que alcanzan todo el azul, toda la espiga,
con plumas de bahía, como águila grande,
que se alza y se llena los ojos de océanos.
V
Mi isla anda conmigo y mis pies dibujan su mapa
con trazos profundos, enteros y profundos…
Esa es mi isla, en la huella del fuego,
y mi sangre es su hogar, es su continente
en las olas de corazones henchidos.
VI
Esa es mi isla. La que amo
y nos volvemos miserables cuando muere un niño
como aquellos hombres en aquellos molinos.
Ella, esa es mi
isla que la viaja sobre el mar de piratas,
propiamente muertos, recién aparecidos.
VII
La isla se acuesta en el mar con la cintura adolorida,
le duele su carne verde de su reino,
le duele a tierra arrasada con árboles fantasmas
Esa es mi isla, vegetal que se fuga por los caminos
eternos.
VIII
Esa es mi isla, la que amo
y sus ojos relucen entre la noche,
y un grito de muchedumbre busca los ecos
entre tantos ecos de muchedumbres.
Esa es la isla, mi isla, la que tanto amo.
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