AUTOR: VIRGILILO LÓPEZ AZUÁN.
Corren lagartos en las ramas, ondulados de verdes
filigranas que abrazan el vacío de las miradas
Y se mueven y se corren, Culebritas Verdes
verdemente pavoneadas
Y el agua que corre Jagüey abajo, bajo el Samán de Mora
serrano de sueños, corazón amenazado
Déjenme la loma, viva de lechuzas y rolas
que embrujen las ramas que el cucú ya canta
aplaudido de amapolas y palmas
Que las lianas se extiendan con manos de sotobosque
Y que lleguen a las nubes a tocar sus tambores
que el Perico y la Perdiz, que la Cigua y la Cuyaya
que el Campeche y la Caoba, que el Piñón y la Guama
canten su mañana de vivos matices
sonreídos de helechos en vuelos de ciguitas
en vuelos de águilas cuidando el panorama
Que el bosque se sorprenda con su manto verde
Que la mano azul del cielo toque La Manaclita
Y que de este lado del sur se calienten los pericos
en todas las lomas amigas, de verdes campos
de puños verdes, de cotorras verdes,
verdes ríos que en la tierra corren y palpitan
pájaro bobo y Carpintero, Guácima y Juan Primero
que tocan el agua cubiertos de cielo
Y debajo, perdida debajo de la tierra
ciudad mineral que a tantos convoca
esos suelos, esas rocas que el planeta ha guardado
despiertan las aguas, tormentas y diluvios
despiertan ladridos con bocas de alambres
despiertan los ruidos y las monedas
entre golpes de sueños y puñaladas traperas
Vengan las aguas que encienden la llama
que canten las flores, pistilos y estambres
que canten las aves, que canten montañas
para no perder por Dios, Loma Miranda.
Corren lagartos en las ramas, ondulados de verdes
filigranas que abrazan el vacío de las miradas
Y se mueven y se corren, Culebritas Verdes
verdemente pavoneadas
Y el agua que corre Jagüey abajo, bajo el Samán de Mora
serrano de sueños, corazón amenazado
Déjenme la loma, viva de lechuzas y rolas
que embrujen las ramas que el cucú ya canta
aplaudido de amapolas y palmas
Que las lianas se extiendan con manos de sotobosque
Y que lleguen a las nubes a tocar sus tambores
que el Perico y la Perdiz, que la Cigua y la Cuyaya
que el Campeche y la Caoba, que el Piñón y la Guama
canten su mañana de vivos matices
sonreídos de helechos en vuelos de ciguitas
en vuelos de águilas cuidando el panorama
Que el bosque se sorprenda con su manto verde
Que la mano azul del cielo toque La Manaclita
Y que de este lado del sur se calienten los pericos
en todas las lomas amigas, de verdes campos
de puños verdes, de cotorras verdes,
verdes ríos que en la tierra corren y palpitan
pájaro bobo y Carpintero, Guácima y Juan Primero
que tocan el agua cubiertos de cielo
Y debajo, perdida debajo de la tierra
ciudad mineral que a tantos convoca
esos suelos, esas rocas que el planeta ha guardado
despiertan las aguas, tormentas y diluvios
despiertan ladridos con bocas de alambres
despiertan los ruidos y las monedas
entre golpes de sueños y puñaladas traperas
Vengan las aguas que encienden la llama
que canten las flores, pistilos y estambres
que canten las aves, que canten montañas
para no perder por Dios, Loma Miranda.
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