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jueves, 12 de marzo de 2009

LA POESÍA INTERIOR DE ARISTÓFANES URBAEZ


Por Virgilio López Azuán
En el libro “El Ideal Interior: teoría estética y creación literaria” del destacado crítico y Premio Nacional de Literatura, Bruno Rosario Candelier, encontramos una serie de poemas y cuentos de autores que forman parte de Movimiento Interiorista. Fijaré mi atención en un solo autor, es más, en un solo poema. Se trata de Aristófanes Urbáez y el poema “Esos Ojos”.Entre tantos poemas de “hondo aliento” que existen en la antología, ustedes se preguntarán por qué quien escribe se fija precisamente en ese poema. Bueno, la respuesta no la voy a tardar. Primero es el único poema en toda la antología que está escrito en forma de poema en prosa que no es lo mismo que prosa poética, y coincide que mis últimos tres libros escritos, que están presentado de esa manera. Uno de ellos está publicado y se llama “Paraísos de la Nada”, Premio Nacional de Poesía 2007, (Sociedad Renovación-Fundación Brugal). Segundo, el autor, aunque nacido en Santo Domingo, vivió su niñez en Vicente Noble (Localidad del Sur de la República Dominicana, de donde es mi origen). Tercero, el tema del poema, es precisamente los ojos, con el cual me identifico mucho, y cuarto, por la gran calidad artística que demuestra el poeta al escribirlo.Creo que son razones suficientes para sentarme en mi PC y empezar a decir cosas, para bucear por algunas regiones casi insondables que tiene el arte, aunque siempre persista el temor por el naufragio.Bueno, es que el mundo del poema y la poesía son tan vastos, tan extensos que a veces uno se figura que nada sobre las aguas de un océano gélido y se le entumecen la carne y los huesos en esos braceos en busca de una explicación, una imagen, un concepto, una idea, un sentimiento, una emoción, un pasmo, un asombro o simplemente algo conmovedor.Aquí no creo que haya espacio para las teorías estéticas, para las corrientes de pensamientos sobre el arte, para pescar en la ontogénesis del poema y del poeta. No, no creo que haya espacio. Tampoco creo que haya espacio para hacer una apología, una sistematización de conocimientos y pareceres porque entonces, la verdad es mis queridos lectores que el naufragio podría ser inminente.Por eso, sólo trataré de dejarme ir por donde van mis pensamientos y el sonido de mis dedos en el teclado. Estoy tratando de fluir como creo que lo hiciera Aristófanes Urbáez en su poema “Esos Ojos”. Recuerdo ahora un gran poema de Gabriel Celaya, “Poesía Urgente” cuando en sus versos se levanta lo siguiente: “No es una poesía gota a gota pensada/ no es un bello producto no es un fruto perfecto” Al leer el poema “Esos Ojos” tuve la impresión de que esa poesía no fue gota a gota pensada por el autor, que salió en un momento de comunión con su interior, donde, -como dice Rosario Candelier-, fue a “auscultar” toda la plenitud que devuelve la mirada. Esos ojos hablan un idioma sin códigos ni signos y sin sonido dice secretos. Eso es una maravilla, es como si pudiera escuchar la esencia primigenia del sonido, antes de producirse, como si pudiera captar los efluvios que preceden al sonido, y entonces crea un mundo de imágenes para que en un momento pase lo siguiente:“Asoma a tus pupilas esa gaviota presa”, que en su “vuelo de espera atraviesa deseos y aleluyas”. Para captar esas sensaciones y crear imágenes el poeta tuvo que sufrir una catarsis y atrapar todos los conceptos del mundo para conformar esas imagenes, y poder trasmitirlas. Y se pregunta ¿es vigilia o sueño? Ahí entraron los pájaros de la duda, de la indefinición de la identidad. Y entonces proclama de manera determinante: “El pensamiento es sueño”. El pensamiento habrá de suceder en un estado consciente, pero la imagen era percibida tan conscientemente que el sueño que creo la imagen ya se había trasmudado en pensamiento.El poeta tenía definición en esos ojos, es como dijera el gran poeta Miguel Hernández en el libro “Imagen de tu Huella” (1934) “Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos”. Aristófanes Urbáez dice: “A través de tus ojos soy tú en mí hoy sin mañana” Es una consumación de dos en uno, es la unión de todos los campos estéticos encontrados en esos ojos. Después, en el poema se puede leer: “Tus ojos son espejos que reflejan siluetas de los peces dormidos en tu cuerpo”. Y “Tus ojos me dicen la historia de Ángeles suicidas que queman tus adentros”. No puede haber más belleza, se rezuma un campo multivoco, capaz de producir imágenes sucesivas hasta el infinito, “esos peces dormidos”, “esos Ángeles suicidas”, nos dicen tantas cosas, tanta imágenes vuelan y conmueven y nos retuercen y nos duermen y nos queman. Les sugiero que no piensen, no le busquen la “quinta pata al gato”; sientan el poema, es mejor, y después digan todo lo que quieran, aunque digan la misma mierda que digo yo.“Mientras tú tengas ojos yo desfloro los misterios” Este es otro verso que rescato, es la consumación del mago, del taumaturgo, del maestro, del que vence los misterios desflorándolo, con ese ímpetu de rebeldía que en la vida real muestra el autor con sus actos críticos y rabias humanas, por sus manera de roer la mediocridad, la injusticia y la inmoralidad.En fin, aunque con visos de eclecticismo en el análisis en cuanto a la selección de los versos, ellos mismos me trazaron la ruta para encontrar en “Esos ojos” a un poeta que tiene tantos mundos que arrojar a través de la poesía, que reconociéndolo, no escribiera estas líneas, que me han surgido como un acto de efluvio, sin pausa, sin redondillas; sin que sean gota a gota pensadas, sino ciertamente conmovido.LEAMOS AHORA EL POEMA DE ARISTÓFANES URBÁEZEsos Ojos1Me hablan un idioma sin códigos ni signos. Sin sonido, una voz me dice tus secretos. De unos muros que tu ilusión creó para encerrar una gaviota herida por arqueros de Febo. Son muros que me aplastan para salvar tu muerte. Que es como si dijeras un “no” en vocablo de fuego. Asoma a tus pupilas esa gaviota presa. ¿Es vigilia o es sueño? En su vuelo de espera tu gaviota atraviesa deseos y aleluyas. El pensamiento es sueño. Y el sueño se vuelve pesadilla cuando un Quijote lúcido hace de cancerbero. ¿Por qué vives, Quijote, consumiendo su cielo? Sólo ese amor -¡Oh, alado y fiel espectro! – ha podido vencer distancias/sortilegios.2Tus ojos no son ojos. Son dos lenguas en un abecedario largo que es corto para tu nacimiento. A través de tus ojos soy tú en mi hoy sin mañana. Soy y te recupero. Más que nido de fábulas, tus ojos son espejos que reflejan siluetas de los peces dormidos en tu cuerpo. Son pájaros chillones queme obligan a espiarte mientras tú te deslizas por riberas de ensueños. Tus ojos me dicen la historia de Ángeles suicidas que queman tus adentros.3Tus ojos infidentes. Son agentes que descifran códices submarinos. Papiros donde suelo leer dulces secretos. Capítulos no escritos en in tenue alfabeto desde tu nacimiento. Tendencias indiscretas de tu espíritu. Leo. Mientras tú tengas ojos yo desfloro los misterios.